EPI Equipos de protección
Clasificación de los tipos de EPI

En cualquier empresa, garantizar la seguridad y salud de los trabajadores es una prioridad y los Equipos de Protección Individual (EPI) son una pieza clave para ello. Pero no todos los EPI son iguales, pues se clasifican según el riesgo que protegen, las partes del cuerpo, la normativa aplicable, etc

A continuación, repasaremos la clasificación más actual de los tipos de EPI, su normativa, ejemplos prácticos y criterios para que puedas elegirlos correctamente.

¿Qué es un EPI?

Los EPI son dispositivos, prendas o accesorios destinados a ser llevados por el trabajador para protegerlo frente a uno o varios riesgos que puedan afectar su seguridad o salud durante la jornada laboral. Incluyen cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin. 

A la hora de revisar si un EPI cumple o no con normativa, es imprescindible que atendamos a las normas vigentes y organismo que velan por el cumplimiento de las mismas.  Entre ellas, tenemos:

  • En Europa, el Reglamento (UE) 2016/425 regula los EPI: diseño, fabricación, evaluación de la conformidad, marcado CE, obligaciones del fabricante y del usuario.
  • En España, leyes y reales decretos como la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, el Real Decreto 773/1997, entre otros, regulan el uso de EPI, sus obligaciones, responsabilidad del empresario, criterios de selección, etc.
  • El INSST (Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo) es la autoridad técnica nacional que facilita guías, normas técnicas y catálogo de documentos útiles para diseño, selección y uso de EPI. 

Cómo pueden clasificarse los EPIs

Existen diferentes criterios de clasificación para los EPIs. A continuación, te los mostramos todos.

Clasificación por categorías de riesgo

Uno de los criterios fundamentales para clasificar los EPI es el nivel de riesgo al que protegen. Según la normativa europea y su trasposición nacional:

Clasificación EPIS

Clasificación por zona del cuerpo protegida

Otra forma de clasificarlos es según la parte del cuerpo a la que protegen. Algunas de las categorías más habituales son:

  • Protección de la cabeza: cascos, caperuzas, gorras especiales (por ejemplo contra radiaciones UV).
  • Protección de ojos y cara: gafas de seguridad, pantallas faciales, mascarillas faciales, protección contra salpicaduras químicas, radiaciones, etc.
  • Protección auditiva: orejeras, tapones, cascos con aislamiento acústico.
  • Protección respiratoria: máscaras filtrantes, aparatos autónomos, sistemas de aire limpio en ambientes contaminados.
  • Protección del tronco / cuerpo: ropa de trabajo resistente, trajes frente a químicos, chalecos reflectantes, chaquetas ignífugas.
  • Protección de manos y brazos: guantes de distintos tipos (anticorte, térmicos, químicos, etc.), mangas, manoplas.
  • Protección de pies y piernas: calzado de seguridad, botas especializadas, protectores del metatarso, rodilleras o protecciones de corte.
  • Protección contra caídas de altura: arneses, líneas de vida, cinturones de seguridad.
  • Protección frente a riesgos eléctricos: guantes aislantes, calzado, casco, protección facial específica. 

Normas técnicas y requisitos específicos

Para que un EPI sea seguro, además de la categoría, debe cumplir normas técnicas armonizadas (por ejemplo normas EN / UNE-EN). Como por ejemplo:

  • Normas UNE para guantes de protección química o biológica, como EN ISO 374.
  • Norma EN 166 sobre protectores oculares.
  • Ensayos de tipo, marcado CE, instrucciones de uso, mantenimiento, compatibilidad si se usan varios EPI simultáneamente. 

Cómo elegir el EPI adecuado

Un EPI solo sirve si está bien elegido y bien utilizado. Estos son algunos criterios clave:

  • Evaluación de riesgos previa: determinación de qué tipos de riesgos (físicos, químicos, biológicos, mecánicos, ergonómicos, eléctricos, térmicos…) afectan al puesto de trabajo.
  • Nivel de protección exigido: según la gravedad del daño, probabilidad de exposición, duración, etc.
  • Compatibilidad entre EPI: si se usan varios al mismo tiempo, deben ser compatibles (por ejemplo casco + protección auditiva + protección respiratoria) para no reducir la eficacia de ninguno.
  • Ergonomía y confort: ajuste, peso, movilidad, ventilación, materiales, facilidad de limpieza. Un EPI incómodo o mal ajustado no se usará correctamente.
  • Vida útil, mantenimiento e inspección: limpieza, almacenamiento, revisiones periódicas, sustitución al detectar desgaste, daños, o cuando las normas lo indiquen.
  • Certificación y trazabilidad: asegurarse de que lleva marcado CE, instrucciones del fabricante, datos de lote etc. Debes verificar que el fabricante o proveedor respete la normativa vigente.

Últimos desarrollos y tendencias

En los últimos años, se ha prestado más atención a los riesgos emergentes, como los agentes biológicos, nanomateriales, ambientes extremos, así como a los riesgos combinados (por ejemplo ruido + vibración + calor). Esto obliga a que los EPI evolucionen en sus materiales y diseño. 

También se ha intensificado la regulación sobre cumplimiento del marcado CE, vigilancia de mercado, informes técnicos y controles del INSST para asegurar que los productos que se venden cumplen los requisitos. A su vez, la sostenibilidad (materiales reciclables, reducción del impacto ambiental, diseño para reutilización) está cobrando importancia, incluso en productos de protección.

En definitiva, la correcta clasificación y selección de los EPI es fundamental para minimizar riesgos laborales, proteger la salud de los trabajadores y cumplir con la normativa. Entender las categorías (I, II, III), reconocer las distintas partes del cuerpo protegidas, exigir certificados técnicos, y asegurar buen uso y mantenimiento, son pasos imprescindibles.

En Worko, sabemos lo importante que es no solo ofrecer productos que cumplan con los estándares que exige la normativa, sino garantizar que los elegidos sean cómodos, adecuados al entorno y resistentes. Una opción segura y fiable para quien exige protección sin renunciar a calidad y diseño. Contacta con nosotros y elige los EPIs adecuados a las necesidades de tu empresa.